¿Qué razas de perros son más propensas a la obesidad y el sobrepeso? No todos los perros tienen la misma predisposición: Basset Hound, Beagle o Cocker Spaniel son razas que más tendencia tienen a ganar peso. La obesidad se está convirtiendo en una gran epidemia entre el ser humano, y esto se refleja también en un aumento de la obesidad canina. En TOPPERCAN, te contamos más sobre la obesidad en el perro y sus consecuencias.

Cada día es más habitual ver perros con sobrepeso u obesidad, y en la mayoría de los casos se debe a una alimentación inadecuada y falta de actividad física. Aunque nos pueda parecer un hecho de poca importancia, es causante de muchas patologías y de una disminución de la esperanza de vida de nuestra mascota.
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Diferencias entre obesidad y sobrepeso en perros
Entendemos por obesidad un exceso de grasa corporal acumulada. Se considera que un perro padece obesidad cuando su peso es como mínimo un 20% superior al ideal. Esto significa que un Chihuahua con un peso ideal de 2 kg estará obeso cuando pese 2,400 kg. Por otro lado, consideraremos que un perro tiene sobrepeso a partir de pesos un 5% superiores al ideal. Unos pocos gramos pueden marcar la diferencia entre un perro sano y otro con sobrepeso, especialmente en animales de pequeño tamaño.

Podemos detectar de una forma muy sencilla si nuestro perro está por encima de su peso ideal. Nos tenemos que fijar en el tórax del animal. Si nuestro perro está bien debemos ser capaces de notar sus costillas al pasar la mano suavemente por encima, pero no tendríamos que verlas marcadas a simple vista. De todas maneras, esta técnica puede no ser totalmente fiable, y tendremos que pesar al perro cada cierto tiempo. En caso de dudas podemos preguntarle al veterinario, que nos asesorará sobre el estado de nuestra mascota.

La obesidad es cada día más frecuente en el perro y el gato. Según la asociación «Pet Obesity Prevention» (traducido al español «Prevención de la Obesidad en Mascotas»), un 54% de los perros de Estados Unidos tiene obesidad o sobrepeso. En Europa las cifras son un poco más bajas, pero no por eso dejan de ser alarmantes.
Causas de la obesidad
La obesidad generalmente es causada por un desequilibrio energético, dado que cuando un perro ingiere más calorías de las que puede quemar genera reservas de grasa. Alimentar a nuestra mascota con alimentos poco apropiados para ella puede causarle problemas de peso. El incremento de este problema en nuestros animales de compañía es debido a muchos factores:
Problemas de alimentación
Hay algunos perros que son especialmente glotones, por ejemplo el Beagle o el Labrador. En estos casos es muy importante medir la cantidad de alimento que les toca y evitar suplementos como golosinas o sobras.

Falta de ejercicio
El estilo de vida que llevamos muchos de nosotros hace que tengamos poco tiempo libre para hacer deporte con nuestra mascota. Nuestro perro necesita actividad para quemar calorías, y el sedentarismo aumenta las probabilidades de que sufra sobrepeso.
Enfermedades
Algunos problemas hormonales como la diabetes, el hipotiroidismo o el Cushing causan un aumento de peso. Si nuestro perro padece alguna de estas patologías, al controlar la enfermedad es posible que vaya recuperando su peso normal. Hay otros problemas como la artritis o la displasia de cadera que hacen que el perro disminuya su actividad, y también pueden causar problemas de peso porque el perro quema menos calorías.

Edad
A medida que nuestro perro envejece está más predispuesto a padecer obesidad. Los cachorros y perros jóvenes tienen más ganas de jugar y son más activos, pero al llegar a los 6-7 años de edad el perro se vuelve progresivamente más tranquilo y sedentario. Además, su metabolismo se vuelve más lento y queman menos calorías. Debemos controlar su alimentación, proporcionarle actividad y de ser posible conseguirle un pienso «senior».
Medicación
Algunos tratamientos médicos causan un aumento del hambre. Sucede por ejemplo con los corticosteroides, los barbitúricos y el diazepam. Si vemos que nuestro perro aumenta de peso nunca debemos suspender el tratamiento, debemos consultarlo con el veterinario.
Esterilización
Los animales esterilizados tienen más tendencia al sobrepeso. Es por eso que tendríamos que proporcionarles dietas con elevada capacidad saciante o aumentar el ejercicio.
Consecuencias de la obesidad canina
Aunque nos pueda parecer que sobrealimentando a nuestra mascota la hacemos más feliz y le demostramos nuestro amor, cuando llegamos al punto de causar sobrepeso le estamos generando muchísimos problemas que reducen su calidad y esperanza de vida.

Dificultades respiratorias
Los problemas respiratorios son especialmente graves en los perros braquicéfalos. Los perros obesos tienden a respirar peor. Los problemas respiratorios son debidos sobre todo al acúmulo de grasa en la caja torácica, restandoles espacio a los pulmones. El aumento del tejido adiposo del abdomen también hará que el diafragma presione hacia los pulmones, de modo que disminuye su capacidad de distensión.

Las dificultades respiratorias son especialmente importantes en días de verano o si realizas ejercicio intenso junto a nuestro perro. Los canes no sudan, y para eliminar calor utilizan el jadeo. Además, la grasa subcutánea aísla al animal e incrementa la retención de calor. Si tienen problemas para respirar y mucha grasa acumulada, serán menos eficientes para eliminar el exceso de temperatura y pueden sufrir un golpe de calor con más facilidad. Todo esto se agrava en los perros braquicéfalos, ya de por sí poco tolerantes al ejercicio y a las altas temperaturas. En ellos debemos cuidar especialmente su peso para evitar que sus problemas respiratorios vayan a peor.
Problemas articulares
Las articulaciones y los huesos de un perro con sobrepeso tienen que soportar más carga de la habitual. Esto causa un aumento del desgaste de los cartílagos y huesos, y aparecen patologías como la osteoartritis. En animales con propensión genética a sufrir displasia de cadera, la obesidad es un factor que incrementa el riesgo de aparición de la enfermedad. El dolor óseo, articular y muscular hará que nuestra mascota cojee o se mueva con dificultad, y cada vez estará menos predispuesta a realizar ejercicio.
Problemas cardiovasculares
Los perros con sobrepeso, al igual que los humanos, tienen más tendencia a padecer hipertensión. El corazón tiene que bombear con más fuerza la sangre para que se distribuya por todo el cuerpo. Además, se produce propensión a sufrir glaucomas y otros problemas oculares, diabetes, enfermedades renales, etc. Los problemas cardiovasculares, articulares y respiratorios disminuyen la tolerancia al ejercicio del animal, causando más sedentarismo. La reducción de la actividad causará más acumulación de grasa, entrando en un bucle muy peligroso para nuestra mascota.

Otros problemas relacionados con la obesidad
Cuando un perro sufre obesidad, anestesiarlo es más peligroso. Es posible que en algún momento de su vida nuestra mascota tenga que pasar por el quirófano. Los perros obesos que tienen que pasar por una cirugía tienen menores probabilidades de éxito, dado que el riesgo de anestesiarse es superior al de un pero en su peso normal. En las perras, el exceso de tejido graso es una importante causa de infertilidad. Además, en caso de que queden embarazadas, la grasa acumulada en el canal del parto dificultará la salida de los cachorros en el parto.

Aumentarán las probabilidades de tener que recurrir a una cesárea para extraer a los pequeños. También se ha relacionado la obesidad con un aumento de la aparición de tumores mamarios. También aumenta la propensión a problemas cutáneos, se produce pérdida de pelo e infecciones de piel. Vemos además un riesgo mayor de padecer enfermedades como la pancreatitis. Todos estos problemas derivados de la obesidad acaban desencadenando una disminución de la longevidad y calidad de vida de nuestro perro.
Cómo hacer adelgazar a un perro
Al igual que con las personas, no hay ninguna cura milagrosa para los problemas de peso de los perros. Recuperar el peso normal de nuestra mascota será un proceso largo, y requiere paciencia y constancia. Es difícil resistir a la mirada del perro pidiendo comida, pero debemos hacerlo por su bien. Merece la pena trabajar juntos para conseguir que nuestro mejor amigo envejezca sano a nuestro lado. Antes de nada, debemos asegurarnos de que el problema de peso de nuestra mascota no es debido a una enfermedad hormonal o metabólica. En caso de que esté enfermo tendremos que seguir el tratamiento que prescriba el veterinario. En cambio, si la obesidad sea un problema alimentario o de falta de ejercicio, a continuación tenéis pautas que os ayudarán a solucionarlo.

Alimentación
Si queremos que nuestro perro adelgace tendremos que dejar de darle chucherías y sobras. Es el primer factor en el que nos centraremos. Tenemos que darle a nuestro perro un pienso para animales obesos. Estos piensos contienen más fibra y sacian al animal aportando menos calorías.

Debemos fijarnos en la tabla de cantidades de alimento que encontraremos en el saco, y a partir del peso ideal de nuestro perro calcularemos la dosis diaria que le toca. Cada día tenemos que darle esa dosis, sin aumentarla. También tendremos que reducir extras y caprichos. Algunos dueños acostumbran a darles sobras a sus mascotas. En un perro obeso debemos abandonar esa práctica, solo se alimentará de su pienso. Además, reduciremos mucho la ingesta de «premios» de nuestro perro, limitándose a uno o dos al día. Es posible que al principio nos pida comida constantemente y no se coma el pienso, pero debemos resistir la tentación de darle algo.

Ejercicio
Gracias al ejercicio lograremos que nuestro perro pierda peso más rápidamente. Vamos a aumentar la actividad de nuestro perro de forma progresiva pero constante. Una dieta sin ejercicio no va a lograr que nuestra mascota se ponga en forma. Los animales obesos son poco tolerantes al ejercicio, se cansan enseguida, así que al principio tendremos que hacer muchos paseos cortos a lo largo del día.

Si no disponemos de tiempo para pasear con nuestro amigo podemos buscar un paseador de perros que nos ayude. No podemos salir a correr o en bici con él hasta que vaya recuperando la forma física. Además, tendremos que evitar las horas de más calor para los paseos, y le proporcionaremos agua fresca al perro, evitando así que sufra un golpe de calor. A medida que pierda peso podremos aumentar el tiempo y la intensidad del ejercicio. Es muy recomendable ir periódicamente al veterinario para pesar a nuestra mascota y para que valore el progreso que vamos haciendo.