Ansiedad separación

Siempre que adquirimos un perro, (tanto cachorro como uno adoptado en perrera) y más, si es nuestro primer perro, no tenemos en cuenta algunas de las situaciones que pueden ocurrir. Cosas que hacemos sin querer y por desconocimiento, creyendo que es lo correcto. Eso genera diversos problemas y pueden hacer incómoda y, hasta a veces, muy desagradable la convivencia con nuestro perro llegando a generar molestias vecinales y denuncias. Unos de los problemas más frecuentes es la ansiedad por separación.

¿Qué es la ansiedad por separación?

Ansiedad por separación
Ansiedad por separación Perro sentado en el parque siendo adiestrado para evitar la ansiedad por separación.

Cuando nos vamos de casa y dejamos a nuestra mascota sola, durante varias horas, a veces ocurre que al regresar nos encontramos con un desastre que puede ser desde deyecciones incontroladas y masivas hasta rotura de muebles, rodapiés, molduras de puertas, destrucción de mandos a distancia o cualquier objeto que esté a su alcance, incluso ladridos o aullidos que pueden molestar a nuestros vecinos. Otras veces, esta conducta se manifiesta tras un cambio como una mudanza, la integración de un nuevo miembro al grupo social o un cambio en la estructura.

Esta conducta, como hemos dicho al principio, normalmente la hemos generado sin querer ya que, el perro, al llegar a casa le colmamos de exceso de atención, caprichos, juguetes, etc. Y nos suele hacer gracia cualquier cosa que el nuestro amigo haga. También, al principio, nos suele dar mucha pena dejarle solo y pasa demasiado tiempo con nosotros, no aprendiendo a ser independiente y generándole ansiedad.

¿Ansiedad por separación o estrés? ¿Cuál es la diferencia?

La principal diferencia entre ansiedad por separación y estrés es que, la ansiedad se refiere a la anticipación de una situación por parte del perro que no le gusta (por ejemplo, quedarse solo). Por eso, muchos perros, empiezan a sufrir antes de que el dueño se haya ido.

Debemos tener en cuenta, que no todos los perros y las situaciones son iguales y no todos necesitarán el mismo tratamiento. Hay que diferenciar también que esto no es un adiestramiento, es una modificación de conducta. Pero un adiestramiento base a la vez que modificamos la conducta nos será de mucha ayuda ya que, en el cerebro del perro, estamos creando comunicación, vínculo y pautas que nos ayudarán a la hora de intervenir en casa.

¿Cómo debemos actuar ante esta ansiedad por separación?

Lo primero que debemos hacer, es tener toda la información que el perro nos pueda facilitar. Esto lo podemos hacer mediante diferentes métodos pero, hoy en día, y por suerte, existen diversas cámaras, como en ordenadores, móviles e incluso vigila-bebés con cámara, o también, cámaras WIFI, donde tenemos la opción tanto de oír, como de hablar con él.

Estos dispositivos tendremos que situarlos de forma estratégica. Donde tenemos la sospecha de que nuestro peludo empiece a manifestar su ansiedad. Deberemos grabarlo en diferentes horas del día y diferentes situaciones (cuando pasen unas horas solos porque tenemos que trabajar, o solo cinco minutos porque bajamos a comprar el pan) para ver los diferentes comportamientos que tiene en una u otra. Esto nos ayudará a plantear diferentes terapias en la modificación de conducta.

Tenemos que tener en cuenta que hay ciertas conductas hacia el perro que, llevadas al exceso, son perjudiciales para la convivencia. Son, por ejemplo, el exceso de atención en casa. Esto, a veces, suele ocurrir cuando hay niños en casa, pues se tiende a jugar en exceso con ellos. El perro en casa tiene que estar tranquilo, hay que evitar los juegos así y también, que el perro esté activo.

Manifestamos demasiada energía cuando nos vamos, normalmente porque nos da pena dejarlo solo, cuando lo que realmente queremos es que el perro esté tranquilo. Y también derrochamos demasiada energía cuando volvemos.

A veces, no le decimos al perro donde tiene que dormir, siendo toda la casa para él, no teniendo un sitio adecuado donde descansar.

Ansiedad por separación
Ansiedad por separación Perro durmiendo plácidamente gracias a un buen adiestramiento.

Tenemos que tener en cuenta, que nuestro amigo va a estar midiendo todo lo que hagamos. Nosotros, como guías, si somos permisivos y le colmamos de caprichos y de todo lo que nos pida, al irnos de casa, el perro lo seguirá demandando y, al no estar nosotros para dárselas, empezará su ansiedad.

Por lo tanto, teniendo en cuenta que tenemos que cambiar nuestra rutina diaria, podemos realizar ejercicios como irnos de casa durante un minuto. Al volver, sin ni siquiera mirarle al entrar ni decirle nada, comprobar que todo está en orden. Si esto es así, le premiaremos con un “bien” o con un gesto, sin montarle demasiada fiesta. Pero recordemos: siempre sin excesos. Si, por lo contrario, en ese periodo de un minuto, oímos que ladra, araña la puerta o ha miccionado, lo que haremos será enfadarnos pero nunca hacia él, sino con nuestro entorno,(por ejemplo golpeando en una mesa y manifestando nuestro enfado).

El perro comprobará, que hay algo que no funciona bien. Si lo hacemos repetida veces, asociará que si hace algo malo, nos enfadamos y, si no es así, le premiaremos. Poco a poco, alargaremos los tiempos de ausencia. Aunque, a veces, se hace un poco pesado, debemos tener en cuenta que es para una convivencia mejor y debemos esforzarnos tanto nosotros como él. Tenemos que saber que, el perro, cuando nos ausentamos durante un minuto, si no nos alejamos demasiado de la puerta de la casa o no oye el ruido del ascensor al que está acostumbrado sabrá que aún permanecemos allí y tendremos que llegar a salir del edificio para que oiga todos los ruidos que escucha todos los días. Podemos seguir utilizando los métodos audiovisuales que hemos mencionado anteriormente.

También, a veces, es aconsejable el uso de un transportín (que deberá ser acorde a su tamaño) como habitáculo para que nuestro can descanse, el cual y, atención, es muy importante, habrá que usarlo siempre de forma positiva y no como castigo. Le dejaremos el transportín abierto durante el día, con su colchoneta y juguetes para que entre a por ellos. También podemos tirarle dentro sus premios o “chuches” para que entre a por ellos a comérselos y vuelva a pedir más. Pero siempre los comerá dentro de este. Para esto, hay un sistema muy útil que es, el método clicker (hablaremos  de ello en otro artículo).

Cuando el perro lo tenga asociado, iremos dejándolo dentro con la puerta cerrada durante pocos minutos y, siempre, le abriremos cuando manifieste estar tranquilo. Podemos darle premios mientras está encerrado. Iremos prolongando el tiempo poco a poco y, podemos aprovechar cuando vayamos a un breve recado para dejarlo allí, pero es aconsejable nunca más de tres horas por el día si está solo. En cambio, podemos acostumbrarle, a que duerma por la noche de forma seguida. Si estamos en la edad que comprende el cachorro, esto nos ayudará a controlar sus deyecciones ya que, los perros no suelen ser sucios donde duermen.

Existen otros tipos de trucos, como dejarles la radio o la televisión puestas, una camiseta apretada con nuestro olor, collares o sprays de feromonas, entre otros. En caso de que la ansiedad sea muy fuerte, podemos recurrir a psicofármacos de uso veterinario que debidamente administrados bajo prescripción, nos ayudará en nuestros tratamientos.

Debemos tener paciencia, porque es un tratamiento a largo plazo y tenemos que recordar que, en la mayoría de las situaciones, hemos sido nosotros los que han fomentado esta conducta. Si tuviéramos dudas, o no llegamos a una solución se recomienda acudir a un profesional en modificación de conducta.