Todos los que tenemos perro podemos encontrarnos con alguna situación de emergencia. En estos casos lo más importante es mantener la calma y llamar un veterinario que atienda urgencias para que acuda cuanto antes, pero hay algunas medidas que podemos tomar mientras lo esperamos y que pueden mejorar el estado de nuestro perro. Como dueños de un can es muy recomendable que tengamos ciertos conocimientos de primeros auxilios para perros, así sabremos actuar en cada momento de forma rápida y adecuada.
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Aspectos básicos
Desde el momento que llega un cachorro por primera vez a nuestro hogar es muy importante conseguir el teléfono y dirección de la clínica veterinaria más cercana a nuestro hogar que atienda urgencias. Ante cualquier emergencia debemos tener su teléfono a mano para pedir ayuda cuanto antes. También hay que tomar otras precauciones para reducir las situaciones de riesgo. Por ejemplo hay que evitar que el animal se pueda escapar o tenga a su alcance objetos peligrosos, substancias tóxicas o cables para morder.
Si por desgracia nuestro perro se encuentra en una situación de urgencia, lo más importante es no ponernos en riesgo a nosotros mismos. Un animal que sufre mucho dolor o está asustado, por muy dócil y bueno que sea nos puede morder. Por lo tanto debemos tener precaución usando un bozal o bien fabricando uno provisional con tela tal y como vemos en el siguiente vídeo:
Mordeduras
Las mordeduras son heridas muy peligrosas a causa de varios factores. Primero de todo, hay que tener en cuenta que en la boca de un animal hay muchas bacterias, por lo que las probabilidades de infección son muy elevadas. Además generalmente son heridas que desgarran el tejido y requieren atención veterinaria.
Mordeduras de perro u otros mamíferos

Si un animal muerde al nuestro debemos tener en cuenta las infecciones que pueden producirse. Además debemos tener en cuenta que los perros al morder zarandean al animal atacado, por lo que las lesiones causadas pueden ser mucho más severas de lo que aparentan a simple vista. Por lo tanto debemos ir al veterinario para que explore a nuestro perro cuanto antes para detectar posibles lesiones internas.
Como medidas inmediatas al momento de la mordedura deberíamos lavar la herida con abundante agua y jabón durante un tiempo prolongado para evitar infecciones. Además también podemos aplicar agua oxigenada en la herida, pues tiene efecto antiséptico y puede contribuir a parar hemorragias leves. No deberíamos aplicar alcohol porque puede quemar los bordes de la herida y además causa dolor y escozor.
Por último debemos tener en cuenta la posibilidad de que el animal atacante tenga el virus de la rabia. Aunque en España es una enfermedad casi inexistente, muy de vez en cuando se dan casos. Ante esta enfermedad la mejor media que podemos tomar es preventiva, vacunando a nuestro perro.
Mordeduras de serpiente

En este caso el peligro va más allá de las infecciones bacterianas que puede causar la mordida. En nuestro país hay algunas especies de serpiente venenosas, y si muerden a nuestro perro debemos actuar con mucha rapidez. Generalmente la zona del mordisco se va a hinchar rápidamente, y en zonas como el hocico o el cuello puede causar asfixia. Además las toxinas se distribuirán por todo el cuerpo a través de la sangre y tendrán efectos nocivos en varios órganos.
Lo mejor que podemos hacer si nuestro perro ha sido mordido por una serpiente es acudir cuanto antes al veterinario más cercano de forma urgente. Debemos mantener a nuestro perro lo más quieto y tranquilo posible, pues la actividad física y el estrés aumentan la frecuencia cardíaca y por lo tanto el veneno se distribuye con más facilidad. También podemos limpiar la herida con delicadeza usando agua y jabón.
Bajo ninguna circunstancia debemos sorber la herida con nuestra boca para sacar el veneno, nos podríamos intoxicar también nosotros.
Golpe de calor

Los golpes de calor son un problema muy grave para el perro y pueden tener consecuencias fatales. Lo más importante es la prevención. Debemos evitar hacer ejercicio con nuestro perro durante las horas de más calor del día. Además no hay que dejar a nuestro mejor amigo en un coche al sol, ni siquiera con las ventanillas bajadas, pues la temperatura subirá mucho en pocos minutos.
Si nuestro perro sufre un golpe de calor debemos trasladarlo a un sitio fresco y con sombra. Además podemos mojarlo con agua fresca o alcohol para reducir su temperatura. No hay que usar hielo o agua muy fría porque puede tener efectos negativos.
Aunque parezca que aplicando estos primeros auxilios el perro se encuentra mejor tenemos que acudir de urgencia al veterinario, donde tomaran las medidas necesarias para estabilizar al animal.
Hipotermia

Si nuestro perro ha estado expuesto durante demasiado tiempo a bajas temperaturas puede sufrir una bajada de su temperatura corporal. La hipotermia es especialmente común en perros de tamaño pequeño y pelo corto, y si no consiguen recuperar la temperatura corporal normal pueden llegar a morir.
Cuando un perro sufre una hipotermia debemos conseguir que recupere calor. Hay que llevar al animal a un sitio cálido de forma inmediata y envolverlo con mantas, abrazarlo para que reciba nuestro calor corporal y utilizar compresas de agua caliente en contacto con las zonas más frías. También podemos meter sus patas en agua caliente (que no queme) y acercar al perro a una fuente de calor como por ejemplo el radiador.
Electrocución
Si nuestra mascota ha mordido un cable y se ha electrocutado es de vital importancia asegurarse de que se ha cortado la corriente antes de tocar al animal, en el caso contrario podríamos electrocutarnos también nosotros.
Cuando un perro muerde un cable y se electrocuta puede padecer quemaduras en la boca, encías y labios. Pero lo más importante es que la electricidad puede causar lesiones en los órganos internos que no son detectables a simple vista. El funcionamiento del corazón y del sistema nervioso se pueden ver gravemente afectados, por lo que es esencial ir al veterinario urgentemente.
Si el animal no respira o bien no tiene pulso puede ser necesario practicarle la técnica de respiración artificial y masaje cardíaco. Para realizarlo de forma adecuada lo mejor es asistir a un curso de primeros auxilios en animales de compañía.
Torsión de estómago
En caso de torsión de estómago veremos que el abdomen de nuestro perro está dilatado y que el can está inquieto y da muestras de dolor. Hay poco que nosotros podamos hacer por el perro, lo más importante es ir al veterinario lo más rápido posible, pues cuanto más tardemos peor será el pronóstico. Debemos evitar que el animal realice movimientos bruscos e intentar que esté lo más relajado posible.
Ahogamiento

No es raro que los perros se caigan a la piscina y después no sepan cómo salir. También puede suceder que en el mar no puedan nadar contra el oleaje o que las corrientes del rio les impidan salir del agua. En esas situaciones lo primero que debemos tener en cuenta es si podemos sacar al animal sin ponernos en riesgo de ahogamiento a nosotros mismos. Debemos buscar una estrategia para que podamos salir todos sanos y salvos.
Una vez el animal se encuentra fuera del agua debemos buscar si su corazón late y si respira. En caso de que aún respire es común que empiece a toser y tenga dificultades para respirar. Debemos ayudar al perro a eliminar el agua acumulada en los pulmones. Para lograrlo cogeremos al can por las patas traseras y las levantaremos, dejándolo en posición vertical. Si aun así no elimina el agua podemos presionar en el tórax para facilitar la expulsión. Si el perro no tiene movimientos respiratorios habrá que aplicar técnicas de respiración asistida. Cuando el perro se encuentre un poco mejor iremos al veterinario.
Convulsiones
Un perro puede sufrir convulsiones por causas como traumatismos, meningitis o epilepsia. Cuando nuestro perro empieza a convulsionar es común asustarse, pero debemos mantener la calma. Las crisis convulsivas suelen durar unos pocos minutos, y podemos tomar distintas medidas para mantener a nuestro amigo a salvo.
Es casi imposible predecir que un perro va a sufrir convulsiones. Cuando eso sucede el animal está inconsciente y corremos el riesgo de que nos muerda. Por lo tanto en lugar de tocarlo a él apartaremos los objetos que lo rodean para evitar que se golpee y se haga daño. No hay que sacarle la lengua al perro pues podría mordérsela.
También podemos apagar las luces y cualquier aparato que emita sonidos o estímulos intensos para generar un ambiente más tranquilo. Además debemos permanecer alerta para ser capaces de describirle los síntomas al veterinario.
Cursos de primeros auxilios para perros
Para aquellos lectores que tengáis interés en el tema y queráis aprender como actuar en situaciones de emergencia de una manera más practica, hay muchas asociaciones y academias que imparten cursos y talleres de primeros auxilios para perros. En estos cursos nos pueden enseñar como hacer vendajes, curar heridas, técnicas de reanimación cardiopulmonar y mucho más.
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