Es posible que te hayas preguntado en más de una ocasión, por qué tú perro, algunas veces, deja asomado un trocito de lengua con la boca cerrada, ladra sin motivo aparente, echa las orejas hacia atrás, o cualquier otra señal sin un motivo aparente.
El lenguaje de los perros está formado por unmundo de señales, gestos y rituales que, en su día, fueron absolutamente esenciales para la supervivencia de la especie.
Sin embargo, y a pesar de la extraordinaria capacidad del perro para adaptarse al ser humano, no debiéramos desaprovechar tan valiosa herramienta de comprensión y convivencia.

Índice del artículo
- 1 El lenguaje de los perros. Vías de comunicación
- 2 Comunicación visual
- 2.1 Expresión de tranquilidad
- 2.2 Expresión de alerta
- 2.3 Inmovilidad repentina
- 2.4 Expresión de dominio o desafío
- 2.5 Postura de acosado y listo para defenderse atacando
- 2.6 Posición de sumisión
- 2.7 Sumisión plena/rendición
- 2.8 Incitación al juego/desarme
- 2.9 Alegría y reencuentro social
- 2.10 Esperando la comida
- 2.11 Rehusar mirar
- 2.12 «Sonreir»
- 2.13 «Guiñar un ojo»
- 2.14 Lengua fuera con boca cerrada
- 3 Señales auditivas
- 4 Señales y rituales olfativos
- 5 Nuestra respuesta ante el lenguaje de los perros
- 6 Conclusiones
El lenguaje de los perros. Vías de comunicación
Evidentemente el lenguaje de los perros no se basa en el habla, aunque el sonido sí forma parte de sus vías de comunicación.
El perro, al igual que el lobo, del cual desciende, utiliza tres canales fundamentales para comunicarse con sus congéneres:
Comunicación visual
Se basa en las posturas y expresiones corporales y faciales.
Expresión de tranquilidad
El perro está erguido con la cola baja y suelta o relajada, la cabeza alta y las orejas rectas (ni hacia delante ni hacia atrás) y la boca ligeramente abierta.
Expresión de alerta
Nuestro perro sigue erguido, pero con la cola horizontal al suelo, las orejas y el cuerpo echados ligeramente hacia delante, la boca permanece cerrada y los ojos muy abiertos.
Esta actitud, además de mostrar un estado de alerta y observación ante algo nuevo que aparece en escena. También constituye un buen indicio de que nuestro perro está prestando la debida atención durante un proceso de adiestramiento o aprendizaje.
Inmovilidad repentina
Puede ser un indicativo de dos situaciones distintas:
Alerta ante una posible presa o amenaza
Intención de que una situación conflictiva (por ejemplo, el enfado del amo) cese.
Expresión de dominio o desafío
La cola se yergue y permanece, rígida, pero temblorosa y también se eriza, al igual que el pelo. Pupilas dilatadas, las orejas permanecen erguidas. La nariz se arruga y la boca ligeramente abierta, muestra sus dientes e incluso las encías.
Es una muestra de dominación. Se muestra fuerte y seguro. Generalmente se da en perros dominantes, o cuando el perro se encuentra en lo que considera su territorio.
Postura de acosado y listo para defenderse atacando
Se manifiestan algunos de los síntomas de la expresión anterior con las pupilas dilatadas y el vello erizado, pero en este caso, el perro mete la cola entre las patas, echa sus orejas hacia atrás, agacha el cuerpo ligeramente y mantiene la boca un poco abierta, mostrando sólo parte de los dientes.
El perro tiene miedo y se siente en peligro, pero muestra su disposición al ataque en cualquier momento. ¡Cuidado!
Posición de sumisión
El perro camina bajo y agachado, con la cola y las orejas gachas y la frente y el pelo lisos, sacando ligeramente la lengua como si quiera lamer y lanzando miradas cortas al objeto de su sumisión, ya sea otro perro o una persona.
Sumisión plena/rendición
Se manifiesta con el cuerpo boca arriba, las patas recogidas, exponiendo el vientre y ofreciendo su garganta, con las orejas hacia atrás, los ojos casi cerrados, la cabeza ladeada y pegada al suelo, evitando la mirada, la boca cerrada y con las comisuras hacia atrás.
Nos indica rendición o sumisión a otro animal o persona.
Incitación al juego/desarme
El perro se agacha con las patas delanteras, manteniendo su cola y parte trasera erguidas, con la lengua asomando, las orejas rectas y las pupilas dilatadas. Se muestra cuando el perro desea jugar, o cuando quiere demostrar que está en son de paz, después de un encuentro tenso. Es por ello que también se la considera una señal de calma o de paz.
El perro mueve su parte trasera y la cola con soltura y excitación, las orejas hacia atrás y la boca cerrada pegando lametones. También puede agacharse con las patas delanteras, al igual que en la posición de juego, pero en este caso las mantiene estiradas, como cuando bosteza.
Esperando la comida
El perro se coloca delante y se tumba de cuartos traseros y patas delanteras flexionadas, apoyando los codos, en posición de guardia relajada, pero con la mirada fija, las orejas rectas y en actitud de «espera».
Rehusar mirar
A los perros les intimida que les miren fija y directamente a los ojos, al igual que nos sucede a los humanos. Por eso, un perro que rehuye la mirada, está diciéndonos «me siento intimidado» o «vengo en son de paz, no busco problemas».
Es también una señal de calma, para evitar que otros perros o personas se pongan nerviosos en su presencia.
«Sonreir»
Nuestro perro da la impresión de estar sonriendo, llevando hacia atrás las comisuras de los labios, mostrando lengua y dientes. En realidad es un gesto de afabilidad y alegría, casi como si estuviera sonriendo de verdad, si bien puede darse la circunstancia de que sencillamente esté acalorado.
«Guiñar un ojo»
Es una señal que indica tranquilidad y afabilidad. Que se está a gusto con la situación.
Lengua fuera con boca cerrada
Cuando vemos a nuestro perro con la boca cerrada y la lengua ligeramente asomando o lamiendo el morro, estamos ante una clara señal de «son de paz». El perro hace este gesto para indicar su actitud pacífica e inofensiva.

Señales auditivas
Obviamente nos referimos a los sonidos que emite el perro para comunicarse.
Ladridos cortos y escasos. Ni muy graves ni muy agudos
Es señal de saludo. Una especie de «camarada a la vista» o «hola, estoy/estamos aquí».
Ladridos rápidos y abundantes
Indican «Intruso a la vista».
Gruñido seguido de ladrido
«No te acerques más. Soy peligroso».
En algunos casos, pueden no ser señal de amenaza, especialmente durante el juego.
Aullidos
El aullido puede significar muchas cosas. Depresión, soledad, pena y tristeza, o simplemente ser una respuesta automática e instintiva a otro aullido o sonido semejante (sirenas, música, etc.).
Un perro atado mucho tiempo, sin otros perros o humanos cerca, termina por sentirse marginado del grupo y tiende a aullar en determinados momentos.
Gimoteos y gemidos
Es propio de los cachorros, si bien también los perros adultos recurren a ellos. Suelen indicar una necesidad de atención, una necesidad imperiosa (salir a hacer necesidades o hambre), mimos o preocupación por algo que les incomoda.
Señales y rituales olfativos
Huelga decir que el olfato es el sentido más desarrollado del perro y que, al nacer, se guían casi completamente por él durante las primeras semanas de vida.
Olfatear es, para nuestro perro, mucho más que oler algo. A través del olfato, un perro recibe información de casi todo lo importante que acontece en su entorno. Posibles amenazas, hembras en celo, amigos cerca, salud, actitud, parentesco y estatus de otros perros, fichaje en la memoria, reconocimiento del terreno, etc.
El olfato, en el lenguaje de los perros, sería el equivalente a «leer la prensa diaria».
Es evidente que no podemos descifrar todo ese lenguaje, pero sí entender de qué forma los perros implementan ciertos rituales olfativos a la hora de comunicarse, ya sea con otros perros, o con humanos.
Olerse mutuamente
Dos perros que se huelen que se acaban de conocer. no sólo están recibiendo una información el uno del otro, sino que además cumplen con un rito de socialización, manifestándose una mutua y formal cortesía.
Sería el equivalente a nuestro darse la mano al conocer a alguien.
Oler el suelo y dar la espalda
El perro, también recurre al ritual olfativo para dar a entender que no desea jaleo, o incluso que prefiere ignorar al recién llegado.
Por ejemplo, si se pone a oler el suelo, o mirar hacia otro lado, justo cuando otro perro o persona invade su espacio, está señalando su intención de continuar tranquilo y en paz.
Orinar
Otro ritual frecuente en el lenguaje de los perros, consiste en la emisión de orina, justo cuando otro perro invade su espacio con intención de socializar (jugar por ejemplo), pero no desea ser molestado en ese momento, en cuyo caso, marcará una zona con orina mientras da la espalda al recién llegado. Esto es una clara señal de que no es momento para juegos.
Orinarse
Indica sumisión a la autoridad y respeto. Suele ir acompañado de la postura de sumisión descrita anteriormente y lametones al aire.
Nuestra respuesta ante el lenguaje de los perros
Debemos tener en cuenta que las señales emitidas por perros a otros perros, casi siempre obtienen una respuesta en un sentido u otro, comprensible entre ellos, con independencia de su raza o lugar de origen.
Si vemos a nuestro perro acercarse a otro sigilosamente y dando un rodeo (señal de respeto), lo habitual es que el otro responda, dando a entender que desea lo mismo o, en caso contrario, emitiendo señales que denoten su falta de interés, como ponerse a oler el suelo.
Los perros nos lanzan las mismas señales que si fuéramos de su especie, y responderán mejor a las nuestras, cuanto más se asemejen al suyo propio, que no es otro que el lenguaje de los perros.
De nada sirve ponerse a gritar para que nuestro perro abandone el intenso juego de persecución que hemos iniciado con él, si no entiende nuestra lengua. Será mucho mejor erguirnos y pronunciar su nombre tranquilamente, adoptando una actitud que denote que el juego ha terminado y que cada uno vuelve a ocupar su rol de siempre.
Conclusiones
Todas estas señales, pautas de comportamiento y gestos, son características fundamentales para adentrarse en el rico mundo canino y empezar a comprender el lenguaje de los perros.
Noticias relativas:
Con fecha 20 de octubre de 2017 ha salido publicada una noticia en RT News que habla sobre el descubrimiento de científicos de la Universidad de Portsmouth sobre la capacidad del perro de adaptar sus gestos para comunicarse con el ser humano.
Algo que muchos intuíamos, pero que hasta ahora no se había podido demostrar.
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