Cómo escoger un buen veterinario es una de las decisiones más compleja que debemos tomar al tener un perro. Son muchos los factores que debemos tener en cuenta pero, cuando damos con ‘nuestro’ veterinario todo se vuelve más sencillo.
En este caso, os haré referencia a mi propia experiencia personal. Yo, por ejemplo, tengo un perro pequeño, un chucho callejero de nombre Lucky y él suele ir al veterinario más cercano, porque le va bien y no suele estresarse en la clínica.
Mi marido tiene un perro (callejero también) y se recorre 30 minutos en coche para llevarlo a su veterinario, que está en otra ciudad. ¿Por qué lo hace? Por lo que él llama las dos ‘C’: confianza y comodidad. Pero no la suya (o la tuya), sino la de su perro, que sí lo pasa mal.
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Cómo escoger un buen veterinario: la experiencia
Lo primero que debes tener en cuenta a la hora de elegir un veterinario es la experiencia que tiene. Como en todos los campos de la vida, la especialización es muy importante y una clínica que atiende mayoritariamente a gatos no tiene por qué ser buena con perros.
Es cierto que, en la mayoría de los casos, las clínicas urbanas no tienen esas diferencias y suelen atender animales domésticos sin importar tipo. Y cuando acudimos para la vacunación, por ejemplo, no debe resultar problemático. Pero si tenemos un perro que necesita cuidados específicos, es importante asesorarse primero del conocimiento que tiene el veterinario.
Por poner un ejemplo, un perro que necesita una operación por rotura de ligamento cruzado, debe ser operado por un profesional traumatólogo que sepa cómo realizar la cirugía y los pasos posteriores a seguir para la recuperación del animal.
Para escoger un buen veterinario, también puedes fiarte de lo que cuenten los clientes que allí van. Claramente, cada uno tiene una opinión sobre las formas de actuar del profesional, pero por norma, si la mayoría de los clientes están contentos, es más que probable que sea un buen lugar donde llevar a tu mejor amigo.
Certificación de la clínica
La forma más sencilla de saber si una clínica cumple o no los requisitos legales -jamás acuda a una que no lo haga- es comprobar su certificación. El Colegio Oficial de Veterinarios entrega unos certificados que demuestran la profesionalidad de sus titulares, así como que la clínica reúne los requisitos mínimos de calidad, limpieza, higiene, seguridad…
Además, podemos encontrar certificados en calidad por auditores externos, como el sello AENOR. En este caso, el sello otorgado por la Asociación Española de Normalización y Certificación te estará diciendo que se cumplen los requisitos de higiene, trato al animal, higiene y salubridad. Pero también de seguridad y trato con sus empleados.

A este tipo de certificados hay que unir los títulos propios de los veterinarios que os atiendan. Recordar que esta práctica está regularizada en España y que requiere un título universitario superior para ejercer la profesión. En caso de que no veáis estos títulos, podéis solicitarlos y, si os niegan su visionado, abandonar y denunciar la clínica en el colegio veterinario de vuestra ciudad.
Cómo escoger un buen veterinario: La localización
Tener la clínica cerca es fundamental en muchos casos, pero no siempre. Ya os exponía antes mi experiencia personal. Mientras uno de nuestros perros no tiene problemas por acudir a cualquier veterinario, el otro lo pasa realmente mal. Por eso, la localización es importante pero pueden primar otros factores.
Ahora bien, si está cerca de tu casa y cumple con tus requisitos, tendrás mucho ganado. En primer lugar, evitarás tener que coger el coche y podrás llevar al perro en un paseo. En segundo lugar, en caso de urgencia, siempre es bueno tener al veterinario cerca. Y, en tercer lugar, ganarás tiempo para dedicarlo a otras cosas.
Horarios y urgencias
Un aspecto importante es el horario de la clínica. Desgraciadamente, no siempre estarán abiertas cuando las necesitemos o sus horarios no son acordes con los nuestros. Busca una que te permita acudir siempre que lo creas necesario. Pero, sobre todo, ten en cuenta el horario de sus urgencias.
Normalmente, todas las clínicas abren de lunes a viernes en horario de mañana y tarde, y algunas lo hacen también en sábado. Pero podemos encontrar grandes hospitales veterinarios (en España, aún son infrecuentes) con horario ininterrumpido toda la semana. Respecto a las urgencias, que estas tengan horario de 24h es fundamental. Y con ello debes tener cuidado porque en ocasiones corresponden simplemente a poder ir sin cita previa.
Personalmente, más que el horario, me resulta especialmente importante que se cumpla el sistema de citas previas. Aunque en ocasiones pueden surgir urgencias que deben atender antes que nosotros y por ello deberás esperar.
¿Tiene alguna especialidad?
Aunque muchas de las clínicas urbanas que encontraremos en las ciudades son generales, en ocasiones podemos necesitar especialistas. Determinadas razas de perros, tienen dolencias propias que afectan a la piel o a los ojos. Por ello, es importante conocer las especialidades que la clínica tiene para saber si podrán o no atender a nuestro perro.
En ocasiones, algunas clínicas anuncian en su publicidad que poseen todo tipo de especialidades, desde oncología canina hasta ortopedia. Pero una vez que lleguéis a la clínica, confirmad que efectivamente las tienen, solicitad ver sus certificados y conoced a los veterinarios al frente de dichas especialidades. En el 99 % de los casos la publicidad será real, pero no siempre lo es.
En algunos casos, hay veterinarios que no tienen esas especialidades aunque las ofrezcan ¿Porqué?, esto es sencillo. Los veterinarios, al fin y al cabo, se conocen mucho entre ellos. Así que si tu perro necesita un traumatólogo o un oftalmólogo veterinario y en tu clínica no tienen la opción de llevar el tratamiento a cabo, siempre te aconsejarán otro profesional al que poder acudir.
¿Cómo son las instalaciones?
Como en muchas profesiones, los colegios o las mismas comunidades autónomas, rigen qué instalaciones debe tener un negocio. En este caso, las instalaciones de un veterinario dependerán mucho de a qué se dedique exactamente.
Actualmente encontramos tres tipos de centros veterinarios:
- Consultorio veterinario
- Clínica Veterinaria
- Hospital veterinario
Dentro de un consultorio veterinario debemos encontrar los siguientes elementos:
- Sala de espera
- Sala independiente de consulta
- Frigorífico para vacunas y otros medicamentos
- Materiales médico-quirúrgicos
Para una clínica veterinaria necesitamos lo citado anteriormente, pero además deben estar dotadas de:
- Sala separada del resto para intervenciones quirúrgicas o quirófano con medios de reanimación.
- Existencia de medios para la desinfección del equipo usado.
- Instalación radiológica.
- Laboratorio.
Un hospital veterinario debe tener todo lo mencionado anteriormente, aunque en este caso se suman algunas cosas tales como:
- Mínimo 2 salas de consulta o una con un buen espacio.
- Sala de labortario
- Sala radiológica
- Equipo de esterilización
- Sala de aislamiento
- Sala para el personal
- Prequirófano
- Sala de hospitalización
- En este caso, la anteción al cliente es de 24 horas

La sala de espera
Es sumamente importante que la sala de espera sea un lugar tranquilo donde todos los animales puedan estar sin problema. También hay que tener en cuenta que todos los perros que allí acuden, lo hacen por ciertas enfermedades o para poner vacunas, por ello el tener una buena ventilación para evitar contagios es sumamente importante.
La higiene también es muy importante, es una de las maneras para evitar problemas de contagios. Si un perro enfermo entra en la sala y defeca o vomita, el usar productos específicos ayudarán a que otros perros no sigan el mismo camino.
Tener un espacio amplio es de agradecer y evitará problemas con otros perros que acudan a la consulta. Si tenemos espacio de sobra, podremos poner sillas con cierta distancia y prevenir enfrentamientos.
Las salas de consulta
Las salas de consulta son lugares fríos y deben ser así. Observar que la mesa está limpia y que acaba de ser tratada con productos desinfectantes es importante. Además, esto debe extenderse al personal: batas, guantes desechables e, incluso, mascarillas, según qué casos, deben estar presentes.
Compara antes de escoger un veterinario
Por todo ello, antes de elegir un veterinario, es importante comparar lo que tenéis en vuestro entorno. La primera opción no tiene por qué ser la definitiva. Hablad con otros propietarios de perros, compartid con ellos las experiencias y podréis ganar algo de ventaja para elegir correctamente.
Desgraciadamente, centros con gran fama y una larga trayectoria terminan volviéndose obsoletos en sus métodos y herramientas. Mientras que otros más nuevos van a pecar de falta de experiencia. Busca el termino medio, y siempre teniendo en cuenta las dos ‘ces»: confianza y comodidad.
- Confianza: tú no irías a un médico que no te inspirase confianza. No lo hagas con tu perro. Es importante estar seguro de que lo que nos cuenta es verdad y de que está actuando de buena fe.
- Comodidad: la del perro, no la tuya. Para todos, lo más sencillo es llevarlo al lugar más cercano y ahorrarnos tiempo en el traslado. Pero puede ocurrir que nuestro perro lo pase realmente mal y ¿realmente no le ahorrarías el sufrimiento si pudieras?