Bikejoring

El Bikejoring es una modalidad deportiva que se realiza en bicicleta o en patín y con la ayuda de uno o más perros. Es un tipo de mushing en auge en los últimos tiempos.
En nuestro artículo explicamos cómo se practica, reglamento, categorías, materiales y consejos para iniciarse en esta disciplina deportiva que cuenta cada día con más adeptos.

Si tienes perro y te gusta la bici, esta información puede interesarte.

Bikejoring
Nuestro perro disfrutará tanto como nosotros de la práctica del bikejoring

Qué se necesita para la práctica del bikejoring

Para la práctica del Bikejoring, no se necesita demasiado: Tu perro y una bicicleta de montaña o un patín.
También son necesarios algunos complementos para que tu mascota y tú os convirtáis en un binomio estable y seguro:

  • Un casco (unos guantes y gafas, tampoco sobran)
  • Una línea de tiro con amortiguador
  • Un crossback o arnés (no sirve uno de paseo)
  • Una antena de bikejoring para evitar que el tiro se enganche en la rueda
  • Si vamos a utilizar más de un perro, un neckline, que sirve para unir los arneses de ambos

El perro ha de hallarse en buenas condiciones físicas y estar correctamente alimentado. También debe conocer unas órdenes básicas para poder guiarle con seguridad durante los trayectos.

Por ello, resulta aconsejable comenzar la práctica en compañía de otros mushers  más experimentados. Tanto el acondicionamiento físico como el adiestramiento para reconocer las órdenes debe realizarse de forma progresiva.

Bikejoring
Arnés, línea de tiro, antena y mosquetón de seguridad.

Categorías deportivas

La práctica del bikejoring tiene dos categorías, según el reglamento ESDRA (European Sled Dog Racing Association):

  • Con 1 perro: En esta modalidad la bicicleta no necesita ninguna modificación y podemos pedalear nosotros también, de manera que el trabajo motriz se alterna con el del animal.
  • Con 2 o más perros: Se quita la cadena de la bici y son los perros los que realizan toda la fuerza motriz.

Cómo se practica el bikejoring

Para practicar bikejoring, hemos escoger muy bien los caminos y sendas por los que vamos a transitar. Así como en el canicross se pueden utilizar sendas boscosas, en el bikejoring deberemos buscar pistas con menos desnivel y más lisas.

No conviene circular por el asfalto, ya que es dañino para las almohadillas del perro.

El perro es quien tira normalmente de la bici. Nosotros sólo le ayudamos en las cuestas y en los casos en que, debido al terreno, deba realizar un esfuerzo extra. Además hemos de contenerles en las bajadas, frenando un poco para que no vaya demasiado rápido. No hay que frenar de manera brusca, pues se corre el riesgo de que nuestro peludo amigo se lesione.

También debemos procurar que la cuerda permanezca tensa.

Como en cualquier otra práctica deportiva, la constancia, la prevención y el sentido común, son nuestros mejores aliados. Es mejor pasarse de prudentes que de temerarios y; aunque a nuestro perro le encante correr sin parar, hay que dosificar el ejercicio.
Sus almohadillas y sus músculos necesitarán adaptarse gradualmente al esfuerzo.

No es lo mismo un perro que lleva haciendo bikejoring 6 meses que otro que lleva 15 días. Hemos de adaptar el ritmo a las condiciones físicas del animal, y tener cuidado de no exigirle más de la cuenta. Especialmente al principio.

La alimentación es otro factor fundamental. Hay que adaptar su dieta al nivel de exigencia y gasto calórico al que vamos a someter a nuestro perro.

Un pienso de calidad que compense dicho gasto. Aunque la proteína siga siendo el macronutriente de mayor presencia, el carbohidrato debe aumentarse ligeramente para compensar el déficit de calorías.

Bikejoring
También se practica bikejoring con patinete

Protecciones para bikejoring

Si ya resulta importante el uso del casco cuando andamos en bicicleta normalmente, también lo es, y mucho, a la hora de practicar bikejoring.
Las probabilidades de chocar nuestra cabeza contra alguna rama u objeto que se encuentre a media altura aumentan ligeramente, ya que no disponemos del mismo grado de maniobrabilidad que cuando circulamos solos.

Unos guantes también nos protegen de pellizcos debido al uso frecuente de los frenos y nos protegen del constante roce con los puños de la bici.

Las gafas nos dan la seguridad de que no se nos introducirá polvo o algún cuerpo extraño en el ojo que nos impida ver correctamente y nos pueda poner en riesgo.

Tampoco nos sobrará el uso de rodilleras y espinilleras, ya que la probabilidad de tener que saltar de la bicicleta y de rozar con las rodillas en la misma o en el piso, son también más altas.

Categorías y reglamento según la RFDI

La Real Federación Española de Deportes de Invierno designa cuatro categorías de bikejoring en función del sexo y la edad:

  • Senior masculina: hombres de 16 a 39 años.
  • Senior femenina: mujeres de 16 a 39 años
  • Veteranos masculina: hombres de 40 años o más.
  • Veteranos femenina: mujeres de 40 años o más.

En su reglamento figuran los siguientes requisitos:

  • E/los perro/s debe/n estar en buena condición física y superar un control veterinario.
  • Todas las razas pueden participar siempre que lleven implantado microchip.
  • La edad del perro ha de estar comprendida entre 18 meses y 10 años.
  • Deberá estar vacunado contra la rabia y la bordetella bronchiséptica y estar al día de la polivalente.

Recomendaciones para la práctica de bikejoring:

Además del equipo, protecciones y utilizar un camino o pista adecuados, necesitaremos conocer algunas nociones básicas antes de comenzar:

Al perro tiene que gustarle

Parece lógico, pero no está demás remarcarlo. No todos los perros son iguales ni todos tienen por qué disfrutar de las mismas actividades. Debemos asegurarnos de que nuestro perro disfruta tirando y corriendo. Si no es así, mejor no obligarle a realizar un deporte que quizás no esté pensado para él.

Conocer la órdenes y comandos

Nuestro perro/s, debe conocer todas las órdenes de marcha, que deben ser concisas y claras.

El término designado para cada orden debe distinguirse fonéticamente de los demás. Podemos utilizar los mismos comandos que se utilizan en el mushing, como Gee (pronunciado yii) para girar a la derecha o Haw (pronunciado jou) para torcer a la izquierda, Easy (isi) para ir más despacio, Pick Up (picap), más rápido, etc.

También podemos sustituir estos vocablos por los nuestros propios, siempre y cuando al perro le resulten fácilmente distinguibles.

Al principio muchos comandos el perro no los entenderá bien y entonces, a la vez que lo pronunciamos, ejecutaremos la acción que deseamos que ejecute.

Por ejemplo, si lo que queremos es frenar, y le decimos “uooo”, iremos frenando paulatinamente y a la vez, para que asocie la palabra con el hecho de frenar.

Debemos felicitar a nuestro perro cada vez que comience a ejecutar nuestra orden a la vez que nosotros, para crear una asociación positiva. Esto le reforzará y le impulsará a ejecutarla con mayor predisposición de ánimo.

Cuando sea capaz de ejecutar la orden por sí mismo, sin que nosotros tengamos que realizarla a la vez, le felicitaremos también, de modo que fomentemos el cumplimiento de las órdenes con tan sólo oírlas.

Como explicamos en nuestro artículo sobre “Cómo puedo empezar a correr con mi perro” , al principio el perro se dispersará y se distraerá fácilmente con cualquier estímulo. Debemos ser pacientes y perseverantes.

Resulta conveniente practicar al principio en recorridos cortos, donde no seamos distraídos, hasta que nuestro perro conozca perfectamente los comandos.

Buscar pistas y caminos adecuados

Es importante que sepamos con qué podemos toparnos durante el trayecto y haberlo recorrido de antemano sin el perro.

El tránsito de otros vehículos, excursionistas, animales, etc. pueden constituir un riesgo para nosotros y para los demás.
Será preferible buscar caminos y pistas lo menos transitados que sea posible.

Anticipación

Este es un aspecto fundamental de la práctica del bikejoring. Si mientras nuestro perro está tirando de la bici o del patín y vemos a lo lejos algún obstáculo que pueda interponerse, es mejor reducir poco a poco, que tener que pegar luego un frenazo en el último momento. De lo contrario, se corre el riesgo de llegar a dañar la columna vertebral de nuestro peludo compañero.

De seguro, viviremos momentos trepidantes, pero no podemos dejarnos llevar por la excitación. Resulta preferible llevar una velocidad de crucero antes que tratar de ir siempre a velocidades punta.

Si realizamos esta práctica disfrutando de las sensaciones del momento y de la simbiosis con nuestro perro, entendiendo sobre todo, que somos la parte responsable del binomio, podremos disfrutar con garantías de esta apasionante actividad.

Alicia Lime

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